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lunes, 14 de junio de 2010

CAMBIAR NUESTRO LIBRO DE CABECERA

El Ministerio de Vivienda ha presentado el “Libro Blanco de la Sostenibilidad en el Planeamiento Urbanístico Español”, documento que todavía no está disponible en internet, pero que según la nota de prensa de dicho Ministerio, es un barómetro sobre “la sostenibilidad urbanística en el que se realiza un análisis global y se definen estrategias dirigidas a los diferentes ámbitos de toma de decisión del planeamiento urbanístico y territorial definiendo objetivos generales para cada uno de ellos, y criterios concretos de actuación”. (Ahí queda eso. Cada uno que lo entienda como quiera o como pueda)

El libre incluye también el siguiente “decálogo” para el “urbanismo sostenible”:

1. Promover el uso eficiente de un patrimonio inmobiliario sobredimensionado que enfrenta viviendas sin uso a personas sin vivienda. Es necesario promover el equilibrio en el sector inmobiliario, incentivando la rehabilitación y utilizando parte del stock de inmuebles para aumentar el parque de vivienda asequible
2. Vincular la legislación urbanística con la ambiental, es decir, el planeamiento urbanístico y la perspectiva medioambiental.
3. La ruptura del nexo que une el planeamiento urbanístico con el derecho de propiedad. El Plan no es un instrumento para distribuir los valores monetarios del suelo, sino para fijar estrategias de futuro en las ciudades. Esto ayudará a luchar contra la especulación y la corrupción.
4. Hacer depender la gestión de los Planes no sólo del estricto ámbito territorial (regional o local), sino de todas sus afecciones socioeconómicas y ambientales, así como dotarse de ámbitos administrativos mucho más flexibles que los que tenemos.
5. Relacionar de verdad la planificación territorial y la urbanística y conseguir una implicación y participación ciudadanas reales.
6. Cambiar determinadas características de los Planes, entre ellas el horizonte temporal tan corto de ocho o diez años, para lograr objetivos de sostenibilidad global a largo plazo, como el cambio climático.
7. Hacer un verdadero seguimiento de la ejecución de los planes en relación con los cambios producidos en el territorio. Los observatorios territoriales deberían ser cruciales aquí, y además de su contenido analítico y descriptivo, deberían añadir cierta capacidad de decisión.
8. Recuperar la pérdida de la conciencia ciudadana y del interés de éstos por participar en el diseño y en el futuro de las ciudades, más que en concretas operaciones urbanísticas. Ayudar con información, educación, campañas de difusión e incentivos de participación.
9. Utilizar indicadores y criterios de sostenibilidad comúnmente aceptados en el planeamiento urbanístico.
10. Necesidad de cambiar el modelo inmobiliario español, claramente insostenible y poco habitable. Lograr el necesario acuerdo de todas las Administraciones Públicas para conseguirlo.

Se dice que los españoles leemos poco pero, a partir de ahora, los que leían tendrán que cambiar su libro de cabecera y los que no lo hacían pueden empezar poniendo este "libro blanco" en su mesita de noche. Dulces sueños.

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